La literatura de ficción fantástica se divide en la actualidad en tres grandes géneros: Terror, Ciencia Ficción y Fantasía. Cada uno de estos géneros se ramifica a su vez en diversos subgéneros y estilos narrativos, como el Pulp, por mencionar únicamente uno de ellos.
La siguiente lista no pretende abarcar todos los subgéneros, pero confío en que resulte orientativa para quienes desean profundizar más en los muchos derroteros y posibilidades que brinda la literatura de ficción fantástica.
Horror cósmico: Subgénero del Terror, en el que los elementos narrativos que provocan incertidumbre y angustia no recaen necesariamente en lo sobrenatural o lo gótico (muertos vivos, fantasmas, vampiros, casas encantadas), sino en lo que es por edad, esencia y naturaleza, perturbadoramente ajeno a lo humano. Los grandes exponentes de este subgénero son: H. P. Lovecraft, Arthur Machen, William Hope Hodgson y Algernon Blackwood.
Horror Lovecraftiano: Subgénero del anterior, con la salvedad de que se basa y/o retoma elementos de las obras de H. P. Lovecraft. También se le puede considerar Pastiche (ver definición más adelante).
Espada & Brujería: Subgénero de la Fantasía, con historias en la que la magia, creaturas fantásticas y valientes guerreros con espada en mano marcan la pauta. Conan el bárbaro y sus aventuras son el ejemplo por antonomasia.
Espada & Planeta: Casi idéntico al anterior, pero con la diferencia de que en sus historias se encuentran elementos de la Ciencia Ficción, como el viaje espacial y exóticos mundos con complejas faunas y civilizaciones.
Fosco: No hay consenso sobre si se trata de un subgénero o solamente un estilo de narración. En cualquier caso, se trata de un terror que no es terror; en otras palabras, son historias que gracias a su ambientación y escenarios buscan más la tensión y el suspenso que el susto, la película Los pájaros de Alfred Hitchcock es un ejemplo de esta variante del fosco. Otra consiste en crear escenarios e historias similares a los mostrados en la cinta El Extraño mundo de Jack, en la que los elementos aterradores están presentes, pero no para provocar el susto, sino como una parte más de la ambientación.
Steampunk: Subgénero de la Ciencia Ficción y el más popular de los retrofuturismos[1]. Lo componen historias que suceden en universos basados en el siglo XIX o Época Victoriana, con escenarios, vestuarios, personajes, hechos históricos y tecnologías de ese periodo, los que se presentan exagerados y anacrónicos. La tecnología basada en vapor, engranes, madera y cobre, el viejo oeste, los piratas, los dirigibles y las intrigas políticas previas a la Primera Guerra Mundial son algunos de sus elementos más socorridos.
Steamgoth: Variante del Steampunk en el que predomina el horror o el terror.
Gaslamp fantasy: Otra variante del Steampunk en la que predomina la magia, y por tanto es más cercano a la Fantasía que a la Ciencia Ficción.
Dieselpunk: Similar al Steampunk, pero con las suficientes diferencias como para que se le considere aparte. La Era del Jaz, la tecnología basada en motores diesel, lo weird, los detectives, la Primera Guerra Mundial, así como el optimismo o nihilismo derivados de ella son algunos de sus principales componentes.
Atompunk: Otro retrofuturismo, que tal como su nombre lo indica retoma mucho de lo atómico y su periodo histórico.
Clockpunk: Retrofuturismo ambientad en el siglo XVI y su tecnología basada en mecanismos de relojería. Duelos con espadas y los inventos de Leonardo da Vinci dan una muy buena idea de los escenarios y argumentos que trabaja este subgénero.
Weird West: Historias del viejo oeste en las que hay una fuerte presencia de la Ciencia Ficción, el Terror, la Fantasía o una mezcla de ellos. Las películas Wild wild west o Rango son claros ejemplos de este subgénero, que algunos consideran otra vertiente del Steampunk, aunque recientemente se ha convertido en algo distinto por derecho propio.
Weird War: Historias sobre las dos guerras mundiales en las que hay una fuerte presencia de la Ciencia Ficción, el Terror, la Fantasía o una mezcla de ellos. La película Crónicas Mutantes, así como las que muestran versiones exageradas de la tecnología de guerra nazi, son claros ejemplos de este subgénero. En teoría, cualquier conflicto armado conocido por el nombre, siempre y cuando incluya los elementos mencionados, puede ser considerado Weird War.
Género Z: Obras de Ciencia Ficción, y especialmente Terror, en las que predomina la figura del Zombi y el apocalipsis derivado de su aparición en escena. Se le considera como subgénero a raíz del “boom” Zombi vivido en la literatura española hace algunos años, lo que para ciertos sectores no basta para que las historias de muertos vivientes se les tome como un corpus literario independiente.
Pastiche: Más que género o subgénero es una forma de narración, en la que se imita el estilo y/o retoman personajes y argumentos de otro autor para ampliar el universo creado por él. Los pastiches más populares son sobre Sherlock Holmes, célebre detective creado por Arthur Conan Doyle, y de las obras de H. P. Lovecraft.
Ciberpunk: En contra de lo que se podría pensar por el nombre, no se trata de un retrofuturismo, aunque estos sí que le deben mucho al Ciberpunk. Se trata de historias de Ciencia Ficción, futurísticas, distópicas y con una importante presencia de la robótica, cibernética e informática. Son por lo general pesimistas y muestran el lado más crudo de la relación humanidad-tecnología. Blade Runner, basada en la historia ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, es la obra Ciberpunk por excelencia.
Mitología Creativa: Como en otros casos, no se trata en sí de un género, sino de una técnica de narración que parte del supuesto de que todos los universos de ficción son en realidad uno mismo, de manera que personajes de diferentes imaginarios pueden compartir espacio y tiempo con otros. Es hasta cierto punto similar al Pastiche, con la salvedad de que en la Mitología Creativa se suele mostrar también personajes con derechos vigentes, insinuándolos o alterándolos ligeramente para no violar derechos de autor, siempre respetando las fuentes originales. El mejor ejemplo lo tenemos con La liga de hombres extraordinarios. Además de relatos y novelas, algunos autores que cultivan la Mitología Creativa escriben también ensayos y biografías de personajes literarios, tal como lo hizo William S. Baring-Gould con su Sherlock Holmes of Baker Street: A Life of the World's First Consulting Detective.
Pulp: El género que no es género pero que cada vez más consideran como tal. Son historias tanto de Ciencia Ficción, Terror, Fantasía y mezcla de sus subgéneros, con personajes memorables, mucha acción, con argumentos simples, que no simplones, y en el que no es necesario explicarlo todo ni cerrar todas las tramas, sólo las que sean necesarias para mantener la acción y coherencia.
Muchos, sino es que todos, los subgéneros ya expuestos en esta lista se suelen considerar dentro de la corriente Pulp o Neopulp.
Serie B: Un subgénero aún en pañales en el que se escriben historias similares a las narradas en las películas de Ciencia Ficción y Terror de los años 50, 60 y 80 del siglo XX, el así llamado cine Clase o Serie B. Abarca temas como las invasiones por seres y creaturas del espacio, científicos locos, monstruos gigantes y similares. No está muy alejado del Pulp y bien podría entrar dentro de algunos de los subgéneros ya tratados.
Postpocalíptico: Historias de Terror y Ciencia Ficción que abordan la premisa de los muchos posibles finales de nuestro mundo y cómo el hombre lo enfrenta. Cataclismos climáticos, zombis, entidades del espacio profundo, seres de otras dimensiones, monstruos gigantes, epidemias son los tópicos más socorridos de éste subgénero. Huelgan los ejemplos en el cine y en la literatura entre los más memorables tenemos El día de los Trífidos, de John Wyndham.
Space opera: Llamado también Ciencia Ficción Blanda. Se trata de obras ambientadas en el espacio exterior y mundos lejanos, que son abordados con mucha épica y acción, siendo a la vez sencillas y desenfadadas en sus planteamientos técnicos y científicos, o pseudocientíficas como las llaman algunos. Fue un género generosamente trabajado por los autores de bolsilibros españoles entre los años 70 y 80 del siglo pasado y en la actualidad presenta un resurgir prometedor. El ejemplo por excelencia de éste tipo de narrativas es sin lugar a dudas Star Wars.
[1] Se entiende por retrofuturismos historias ambientadas en pasados y presentes alternativos a la historia oficial, en los que la tecnología y sociedades retratadas son iguales o más avanzadas que las nuestras. No son extraños en estas historias las ucronías y las distopías (para más detalles ver las entradas correspondientes en Wikipedia). Un claro ejemplo de los retrofuturismos son los Picapiedras.
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