El videojuego se ha convertido, por méritos propios, en un medio válido para contar historias y vivir experiencias, incluyendo, por supuesto, las que tienen que ver con el horror, en las que no sólo somos espectadores, sino también partícipes, lo que suma bastantes puntos a favor.
Con ello en mente, y siguiendo la estela dejada por mis últimos artículos, en esta ocasión recurrí a mi currículo de videojugador para recomendarles cinco ejemplares del ocio electrónico para disfrutar durante estas noches de octubre.
Castlevania (Konami, 1986)
Visto en perspectiva, la primera entrega de la saga Castlevania no invita mucho al horror, sin embargo, quienes disfrutamos de esa experiencia en arcadias, vimos en ese juego una propuesta de aventuras con tintes macabros muy especial, en la que encarnamos a un cazador de vampiros con la nada despreciable misión de derrotar a Drácula, quien aguarda en la torre más alta de su castillo. Un clásico atemporal que me dejó dos valiosas lecciones. Que no hay mejor arma que un látigo para encarar a las fuerzas del mal, algo con lo que el profesor Jones estaría de acuerdo, y que la música de los videojuegos puede ser realmente fantástica.
BioShock (2K Boston, 2007)
Un sujeto cualquiera sobrevive a un accidente aéreo en medio del océano, pero en lugar de perecer ahogado descubre un faro a mitad de la nada, a través del cual tiene acceso a una ciudad sumergida llamada Rapture, una utopía científica revestida de art déco, en la que la cordura ha saltado por la borda y cuyos habitantes han perdido su humanidad, volviéndose una amenaza constante. BioShock no se trata de un juego de horror al uso, decantándose más por la acción, pero su ambientación deliciosamente macabra y su atmosfera asfixiante le otorgan un lugar en esta lista.
Resident Evil 3. Nemesis (Capcom, 1999)
En esta entrega de la afamada, aunque en ocasiones infame, serie de Capcom encarnamos a una policía de nombre Jill Valentine, quien debe escapar de una ciudad que ha sido tomada por una ejército de muertos vivientes y otros terrores biotecnológicos. La razón por la que elijo esta iteración y no alguna otra es su antagonista, un coloso monstruoso, violento e imparable que nos persigue sin descanso con el único propósito de aniquilarnos, ejerciendo lujo de violencia, por supuesto. Pocas veces he sentido esa desesperación y desasosiego que me inspiraba Nemesis durante sus constantes persecuciones en las calles de Raccoon City.
Luigi's Mansion (Nintendo, 1999)
Una historia de cacería de fantasmas sin demasiadas complicaciones, en la que guiamos al hermano menor de Mario por los pasillos y estancias de una mansión estilo victoriano infestada de fantasmas. Aquí no hay terror más allá del que puede encontrarse en cosas como Scooby Doo o las películas temáticas de Tim Burton, sin embargo, explorar la mansión y perderse en sus detalles resulta bastante divertido, además de que los fantasmas principales, los antiguos habitantes de la propiedad, tienen su aquel.
Bloodborne (From Software, 2015)
Uno de los mejores ejemplos de que los juegos de video pueden ser obras de arte. Poseedor de una música grandiosa, jugabilidad pulida, magistral diseño de escenarios, ambientación enfermizamente detallada y una historia que al principio tira por el horror gótico pero que tras su primer tercio da un giro inesperado hacia el cósmico, Bloodborne es uno de los mejores juegos de todos los tiempos y una experiencia que todos los aficionados al medio deberían experimentar al menos una vez, pese a su elevada dificultad y ser nativo de una sola consola.
Commentaires