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  • Foto del escritorAlejandro Morales Mariaca

Cinco videojuegos para celebrar el horror parte III

Tal y como tengo por costumbre durante estas fechas, suelo compartir algunas obras, desde libros a películas, cuya temática sea el terror u horror. Por desgracia, debido a ciertos compromisos que he adquirido de un tiempo para acá, y por la fecha en la que ya nos encontramos, no me será posible continuar con esta tradición. Al menos no de forma completa.

De este modo, y sin dejar de acudir a nuestra cita anual con la macabro, comparto con ustedes mi lista de cinco videojuegos para celebrar el horror parte III.


Kid Dracula (Konami, 1990)


En esta ocasión quiero comenzar con un juego que ya tiene en su haber varias décadas, y que tal vez se caracteriza principalmente por ser un spin off, o derivado, de la saga Castlevania, que para quienes no la conozcan trata sobre varios héroes, que a lo largo de las eras intentan evitar que el Conde Drácula destruya al mundo, lo cual es un proyecto en el que se embarca, en teoría, cada cien años. En Kid Dracula, que salió originalmente para la primera consola de la empresa Nintendo, las cosas son un poco diferentes y tomamos el control del hijo de Drácula, el cual debe evitar que un demonio interdimensional se apodere del ejército de su padre mientras este se encuentra en uno de sus periodos de regeneración.

A pesar de que la premisa suena algo seria, en realidad el juego es bastante desenfadado, colorido y con una presentación artística chibi, con personajes achaparrados y de grandes cabezas, un estilo muy japonés y por el que han pasado toda clase de otros personajes. En su jugabilidad, Kid Dracula recuerda mucho a la serie Mega Man, en la que avanzamos en la pantalla de izquierda a derecha, disparado contra varias criaturas. Incluso el personaje cuenta con un disparo cargado, de mayor potencia, y al final de cada etapa o nivel somos premiados con una nueva habilidad.

Si bien Kid Dracula pertenece a la saga Castlevania, en el juego nos encontramos con pocos enemigos que provengan de la misma, en lugar de eso, el jugador se enfrenta a varios tipos de animales salvajes, punks, robots, alienígenas, Jason de las películas de Viernes 13, los kaijus Gamera y King Kong, así como al Hombre Araña. Quizá sea debido a esta «peculiar» plantilla de antagonistas que el juego no salió de Japón, y no fue sino hasta hace un par de años que al fin pudimos disfrutarlo en este lado del mundo gracias a la colección Castlevania Anniversary Collection, que se encuentra disponible para varias consolas modernas.

El juego es bastante divertido y cuenta con una dificultad por encima de la media, es decir que no es sencillo, pero tampoco supone un reto demasiado complicado. Por último, mencionar que Kid Dracula también salió para la Game Boy, un buen port en el que se profundiza un poco más en la historia y se modifican algunas partes de la jugabilidad. Ambos son muy recomendables.



Splatterhouse: Wanpaku Graffiti (Namco, 1989)

Similar al caso anterior, dentro de mis recomendaciones de este año quiero hablar de Splatterhouse: Wanpaku Graffiti, que al igual que como ocurre con Kid Dracula, es una obra derivada de una saga de horror más seria, llamada en esta ocasión Splatterhouse, en la que un sujeto que porta una máscara de hockey muy parecida a la que lleva el ya mencionado Jason, debe rescatar a su novia de una casa habitada por demonios y monstruos de aspecto grotesco. En su momento, Splatterhouse y sus secuelas fueron famosos por su elevado grado de violencia y gore, lo que no evitó que se convirtieran en clásicos que tuvieron su paso por varias consolas de antaño.

Splatterhouse: Wanpaku Graffiti, que salió para la NES en exclusiva para el púbico japonés, es una versión bastante más descafeinada, en la que encarnamos al mismo sujeto de la máscara, quien tiene la misión de rescatar a su novia, que fue secuestrada por una calabaza voladora. Como ocurre con Kid Dracula, en esta versión de Splatterhouse se ha rebajado bastante el tono, dándole al juego un aspecto mucho más simpático y prácticamente paródico, con sus obligados guiños y referencias a varias obras de horror, como un vampiro que realiza el baile de Thriller de Michael Jackson al final del primer nivel, y que de nueva cuenta pude ser la razón por la que el juego no salió de Japón. Cuestiones de licencias y derechos de autor, ustedes comprenderán. Lo que es una verdadera pena, pues se trata de un juego que vale mucho la pena probar, y qué mejor que hacerlo durante estas fechas.



Castlevania: Portrait of Ruin (Konami, 2006)


Sin alejarnos demasiado de lo retro y del hermoso pixel art, elementos por los que siento un especial aprecio, hablemos ahora de Castlevania: Portrait of Ruin, el cual fue uno de los últimos juegos que se publicaron de esta saga, al menos en su variante clásica. A Portrait of Ruin se le considera como una secuela más o menos directa de Castlevania Bloodlines, o Castlevania: The New Generation, como también se le conoce, y que fue durante mucho tiempo un exclusivo para la consola Genesis o Mega Drive, de la compañía SEGA.

El juego se ambienta durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que Bloodlines lo hace durante la Primera, y es protagonizado por dos jóvenes cazadores de vampiros: Jonathan Morris, quien es un especialistas en el uso de armas, y Charlotte Aulin, una poderosa hechicera, ambos deben descifrar el misterio detrás de la aparición del Castillo de Drácula, cuando todavía no han transcurrido cien años desde la última destrucción del vampiro.

Castlevania: Portrait of Ruin es un metroidvania, es decir un juego de acción y exploración con un enorme mapa a recorrer, en el que la dinámica de los dos protagonistas tiene un peso importante, pues uno será mejor que el otro para afrontar ciertas situaciones, e incluso a veces es necesario utilizar a ambos, tal como se muestra muy al inicio para poder abrir las puertas del castillo. Es un juego muy disfrutable, cuyo único defecto fue salir para una consola portátil antigua, la Nintendo DS, con todos los inconvenientes que eso conlleva (gráficos pequeños y en ocasiones poco definidos, calidad de audio cuestionable, controles extraños). Aun así no deja de ser un gran juego, se nota el talento de sus desarrolladores, y no pierdo la esperanza de que algún día se le dé algo de cariño y se le rescate del olvido, junto con los otros cinco Castlevanias que se encuentran en la misma situación.



Bloodstained: Curse of the Moon (Inti Creates, 2018)


Ya que no todo puede ser videojuegos pixelados de consolas retro, hablemos ahora de Bloodstained: Curse of the Moon, que es un juego pixelado para consolas modernas realizado en mayor medida por el desarrollador japonés Koji Igarashi. Bloodstained es una saga relativamente nueva, que a fecha de hoy cuenta con tres entregas y una cuarta ya anunciada, que es considerada como la sucesora espiritual de Castlevania, cuya empresa desarrolladora, Konami, se ha negado en redondo a crear más juegos para ella.

Financiado a través de Kickstarter, Bloodstained se divide en dos proyectos: el que podemos llamar el principal y que se titula Ritual of the night, que es un juego estilo metroidvania con excelente música y gráficos poligonales; y el secundario, que serían los juegos Curse of the moon y Curse of the moon 2, ambos hechos con pixel art y una jugabilidad sacada directamente de las entregas clásicas de Castlevania, es decir, plataformas con algo de acción y mucha, pero mucha dificultad.

Ambas variantes de la propuesta son excelentes experiencias, pero si en esta ocasión destaco por una de sus entregas en 8 bits, es porque es una carta de amor al pasado, y el nostálgico que hay en mí no puede dejar de emocionarse por cosas como esta. Un último apunte que me gustaría realizar, es que si bien ambas propuestas comparten protagonistas y villanos, se trata de universos distintos, por lo que los acontecimientos de uno no necesariamente influyen en el otro, y se pueden apreciar y disfrutar como dos obras distintas.



Insmouse no Yakata (I'Max, 1995)


Muy bien, la última recomendación de este año se trata de nada más ni nada menos que de Insmouse no Yakata, un espantoso juego, pero no el sentido que debería ser, que salió para la fallida consola de Nintendo Virtual Boy. No es algo que ocurra con mucha frecuencia, pero incluso la Gran N comete fallos, y uno de los más memorables se llamó Virtual Boy, la cual fue una consola semiportatil, cuyo atractivo era ofrecer una experiencia «cercana a la realidad virtual», o al menos ese era su reclamo. En realidad se trató de un aparato, cuya forma recuerda mucho a un visor con tripie incluido, con molestos y estridentes gráficos rojinegros que creaban la ilusión de tridimensionalidad, pero nada en realidad cercano a la realidad virtual.

La consola fue un rotundo fracaso y en cosa de un año salió del mercado. Debido a su corto periodo de vida, la Virtual Boy contó con un breve catálogo de juegos, entre los que se encuentra precisamente Insmouse no Yakata, un shooter en primera persona, donde todo lo que podemos hacer es ir atravesando diferentes habitaciones, todos muy parecidas entre sí, y en las que ocasionalmente haremos frente a grotescos enemigos. La música es prácticamente inexistente, no cuenta con jefes de niveles, y a pesar de que tiene diferentes finales, el juego se puede terminar sin demasiados problemas en menos de quince minutos, lo que es de agradecer, pues esos horribles gráficos rojos no hacen muy bien a la vista.

El juego en sí resulta mediocre y como tal a nadie se le debería de recomendar. No obstante, tiene la peculiaridad de ser, hasta donde tengo conocimiento, el primer videojuego para una consola de Nintendo que abordó de manera directa la obra de Howard Phillips Lovecraft, uno de los grandes maestros del horror literario. En teoría, la acción de Insmouse no Yakata ocurre en el poblado pesquero de Innsmouth, que de acuerdo con Lovecraft es un terrible lugar habitado por grotescos seres afóticos, aunque poco o casi nada del relato se ve reflejado en el videojuego. No deja de ser una curiosidad, y sólo por ello es que me he atrevido a traérselos en esta ocasión.



Eso es todo por ahora. Pero antes de retirarme, me gustaría compartirles que algunos de estos los analizo con mayor profundidad en mi libro: El pastel está en reparación, el cual puede adquirir en la plataforma Lektu. Nos leemos el próximo año para nuevas recomendaciones, y recuerden que siempre es una buena fecha para celebrar el horror en cualquiera de sus manifestaciones.

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