Escribir sobre lo que se sabe o conoce es un consejo que puede encontrarse con cierta regularidad en guías sobre escritura y que, como era de esperar, tiene su resonancia en grupos de escritores en redes sociales.
No diré si es o no un buen consejo, al menos de momento, pero sí diré que es un consejo al que se le pueden dar dos lecturas distintas. La primera de ellas sería más o menos así:
Escribe sobre lo que sabes, es decir, sobre el contexto inmediato, aquello con lo que se tiene familiaridad y oculta poco o ningún secreto para ti.
Si se es un escritor novato, alguien con escasa experiencia y pocas lecturas, una situación por la que todos travesamos alguna vez, el consejo me parece bastante oportuno y puede dar pie a ejercicios narrativos interesantes. El problema sería que esta veta podría agotarse rápidamente, y entonces ¿qué?
Es aquí donde podemos dar la segunda lectura al consejo:
Escribe sobre lo que sabes, es decir, (también) sobre aquello que hayas leído, visto o jugado, porque sí, los juegos de video son una fuente legitima de inspiración. En pocas palabras, ¡documéntate! Tanto la historia como el lector te lo agradecerán.
Una parte importante de mi obra publicada corresponde a pastiches de escritos de autores de la Inglaterra de finales del siglo XIX y principios del XX, como Bram Stocker, Herbert G. Wells, Arthur Machen, Lewis Carroll, William Hope Hodgson y Arthur Conan Doyle. Una empresa que cualquiera puede afrontar, ya sea en ese contexto o en cualquier otro, siempre y cuando se realice la investigación pertinente. Porque aun y cuando se trata de obras de ficción, tiene que haber en ellas elementos de época que le den verosimilitud al contexto que se desea abordar. Vale lo mismo para aspectos tecnológicos, científicos o culturales, pues pocas cosas hay que descoloquen más a un lector que sabe del tema del que está leyendo, que un autor que no se ha tomado la molestia de documentarse lo suficiente.
Y no, el principio de suspensión de la incredulidad no justifica ser negligentes en este aspecto.
En pocas palabras, ¡documéntate! Tanto la historia como el lector te lo agradecerán.
Resumiendo, escribir sobre lo que sabe, pero más importante aún, escribir sobre lo que se puede llegar a saber, no sólo es un buen consejo para comenzar en este oficio, sino que también lo es para mantenerse en él.
Me gustaría poder decir más cosas sobre la documentación y su importancia, pero lo dejaré para otra ocasión. Así que esto es todo por el momento. Muchas gracias por pasar y leer.
Hasta la próxima vez
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